Etiquetas
En la tarde del sábado la localidad de Piedrabuena se disponía a acoger el sexto y último duatlón de la temporada primaveral. A estas alturas de la temporada, los habituales del circuito ya saben con quien se juegan los cuartos de cara a posicionarse en la clasificación general, con lo que todos querían brindar su mejor faena justo antes de la llegada del agua de Mayo (en este caso de Junio), temida para algunos, deseada para otros. En definitiva, a llegada de la temporada de triatlones.
Los Forjadores, como entrante tuvieron un acto previo en la mañana del sábado con la presentación oficial del equipo. En el acto ante patrocinadores y televisión local, se pudo ver a forjadores embutidos en mono de 2 tallas más pequeñas, pavoneandose delante de las cámaras y con agujetas en el estómago por estar más de una hora seguida metiendo tripa….Llegaba la hora de comer y el reclamo telefónico de sus parientas, madres o suegras, ponía fin a un bonito acto saliendo raudos y veloces a degustar sus respectivos cocidos con los que coger fuerzas para la tarde.
Tras una siesta de pijama y orinal, un total de 18 forjadores se acercaban a disfrutar del duatlón de Piedrabuena. Para esta ocasión, la plaza de toros de la localidad que hacía las veces de zona de box de la prueba (para deleite tanto de participantes como de público en general) se iba tiñendo del color blanquinegro de los recién estrenados monos del Club. Los vítores recibidos en la entrada de los componentes al coso, tan solo podían ser comparados con la lluvia de sostenes que recibió Jesulín de Ubrique allá en la década de los 90.
Era tiempo de concentración antes de comenzar la faena: recogida de dorsales, rezos a la preciosa Cruz de Mayo en la que realizar las plegarias para no pinchar, colocarse un par de pañuelos en el paquete para mostrar mayor empaque taurino (la única representante femenina nos tendrá que contar si realiza algún ritual parejo), situar la muleta y la espada (en este caso bici y casco) en su zona correspondiente de la plaza….y a esperar la llegada de la hora del paseíllo.
El maestro de ceremonias, corneta en mano miraba con precisión su reloj. Eran las 18.30 exactas cuando un total de 140 miuras levantaban una polvareda enorme al salir de la plaza para dar comienzo a la prueba: 6km con un continuo sube y baja concebía el primer acto de la tarde. El enviado especial Manuel Molés, daba buena fe de la calidad de las reses seleccionadas para esta prueba, los cuales con nobleza y arte daban lo mejor de sí mismos en cada transición para recibir los olés del coso.
Los corredores iban llegando a la plaza después de subir una cuesta, la cual pedía subirla a 4 patas para ahorrarse un gran esfuerzo. Cambio de terció!! Todos a por la bicicleta!! Un recorrido rompe piernas, con buen piso y de gran belleza. El segundo enviado especial, Antoñete, el cual estaba correctamente cobijado bajo una oliva, radiaba el ir y venir de los participantes. “Se veían a 3 chicas muy juntas en las primeras posiciones”, “esto se parece poco a los toros, puesto que si me pongo a torear a estas reses, corro más peligro que si toreo al toro ratón” o “traedme un botijo que tengo sed” fueron sus comentarios más acertados. El resto del tiempo probablemente se estuviera echando la siesta con su sombrero de paja bajo el olivar.
Tras volver a llegar a la plaza, tocaba el último cambio de tercio…correr los 3 últimos kilómetros!! Los extenuados corredores gastaban sus últimas fuerzas por las calles de la localidad, recibiendo el aclamo del numeroso público congregado. La puerta grande se abría para recibir a los participantes, que esperaban pacientemente a que llegasen sus hermanos de camada. Una vez ya todos reunidos en la plaza, el maestro de ceremonias, esta vez a pie de plaza y no desde el palco de la misma, indultó a todos los participantes ante el excelente comportamiento de los mismos y después del magnífico espectáculo servido.
En el post carrera…paseíllo a la barra de bar!! Los participantes se dirigieron sin titubeos a recuperar las fuerzas perdidas y a cambiar impresiones ante compañeros y amigos. Un tenderete de Nutrisport puesto para la ocasión, refrescos y picoteos, suplieron la ausencia de la bota de vino y del bocata de salchichón que la organización debería a ver suministrado a los atletas para que hubiera sido una fiesta memorable.
— o —
VUELTA DE HONOR: TRIJOTE SERIES. Excelente organización de la prueba, con la ayuda de voluntarios de la localidad. El marco elegido, la excelente señalización y el trasiego en la zona del box, convierten a la prueba como el mejor duatlón disputado en 2015.
2 OREJAS Y RABO: Parejas Jose Francisco-Jorge Fernandez y hermanos Martín de Consuegra (Francisco Javier y Juan Carlos). Como compañeros de camada hicieron la prueba juntos en todo momento rallando a un gran nivel. Esfuerzo, sacrificio….y encima diversión
RESES FORJADORAS: Comportamiento con gran solera. En realidad no son gremlins que se multiplican cuando les echan agua, sino que se tratan de una partida con gran compromiso y que animan siempre al resto de compañeros a participar en todas las pruebas de estas características. Gran equipo y mejor gente.